El networking no es solo repartir tarjetas o agregar gente en LinkedIn. Es una de las herramientas más poderosas para el crecimiento profesional y personal, pero también una de las más incomprendidas. ¿Quieres que te abran puertas? Entonces deja de pensar en contactos y empieza a construir conexiones reales. Aquí van cinco consejos que cambiarán tu forma de relacionarte con los demás.
1. Da sin esperar recibir (y hazlo de corazón)
Uno de los pilares del networking exitoso, según Adam Grant en Give and Take, es adoptar la mentalidad de “giver” (donante). Los givers son personas que ayudan sin esperar algo a cambio inmediato. A diferencia de los takers (quienes buscan sacar provecho) y los matchers (quienes ayudan esperando algo a cambio), los givers a largo plazo construyen redes más sólidas y sostenibles.
Keith Ferrazzi lo llama “generosidad estratégica”: cuando ofreces valor de forma auténtica, ya sea compartiendo una idea, presentando a alguien o simplemente escuchando con atención, las personas te recuerdan. Esto crea un capital emocional que, eventualmente, regresa a ti multiplicado.
Ejemplo práctico: ¿Vas a un evento? No pienses en cuántas tarjetas vas a repartir. Pregúntate a quién puedes ayudar. Quizá alguien busca trabajo y tú conoces a alguien contratando. Conectar personas es una forma poderosa de dar.
2. Haz seguimiento o fracasa
Este consejo viene directo de Nunca comas solo. Hacer contacto no sirve de nada si no cultivas la relación después. La clave está en el seguimiento proactivo. Si conociste a alguien interesante en una conferencia, mándale un correo al día siguiente. Felicita a tus contactos cuando logren algo. Comparte contenido relevante que les pueda interesar.
Ferrazzi sugiere usar una hoja de cálculo o CRM personal para hacer seguimiento de tus relaciones clave. Aunque suene frío, lo cierto es que funciona. El objetivo no es “automatizar” tus amistades, sino no dejar que se enfríen por olvido.
Consejo práctico: Dedica 30 minutos a la semana a hacer “toques suaves” (check-ins, mensajes cortos, compartir un artículo). Pequeños gestos mantienen encendida la chispa del vínculo.
3. Construye antes de necesitar
La mayoría de las personas buscan hacer networking cuando están desesperadas: buscando empleo, lanzando un proyecto o necesitando inversión. Error. Las relaciones no se improvisan. Se cultivan con antelación.
Ferrazzi habla de construir relaciones “con antelación”, antes de que surja la necesidad. Esto implica estar presente en los buenos momentos de los demás, no solo cuando tú estás en crisis. En palabras suyas: “no esperes a estar sediento para empezar a cavar el pozo”.
Ejemplo práctico: ¿Admiras a alguien en tu industria? Síguelo en redes, comenta sus publicaciones, compártelo con tu red. Así, cuando lo contactes directamente, ya no serás un desconocido total.
4. Sé auténtico y deja de venderte
Uno de los errores más comunes en el networking es tratarlo como un “pitch constante”. Las personas detectan cuando alguien se acerca solo por interés. La clave está en la autenticidad. Según Give and Take, los givers exitosos tienen una habilidad especial: escuchan más de lo que hablan, hacen preguntas con curiosidad genuina y no se enfocan en impresionar.
Además, no necesitas ser extrovertido para hacer buen networking. De hecho, Grant muestra que muchos introvertidos son excelentes networkers porque saben conectar uno a uno de forma profunda.
Consejo práctico: En lugar de hablar de ti, pregúntale a la otra persona: “¿Qué te apasiona de tu trabajo?” o “¿Qué proyecto te tiene más entusiasmado este año?”. Las mejores relaciones nacen de conversaciones reales, no de presentaciones ensayadas.
5. Haz del networking un hábito, no un evento
El networking efectivo no sucede en un evento aislado, ni en una charla TED ni en una feria laboral. Es un estilo de vida. Tanto Grant como Ferrazzi coinciden: debes integrar la conexión humana a tu rutina diaria. Esto no significa forzarte a ir a eventos sociales todo el tiempo, sino vivir con mentalidad de conexión.
Piensa: ¿cómo puedes ser más visible para tu red esta semana? ¿A quién puedes invitar a un café? ¿Qué mentor hace tiempo que no contactas? ¿A quién puedes agradecer por su apoyo? Pequeñas acciones diarias crean relaciones duraderas.
Ejemplo práctico: Haz un calendario mensual de “networking intencional”. Agenda una comida a la semana con alguien fuera de tu círculo inmediato. Puede ser un excompañero, alguien que admires o un nuevo conocido.
Reflexión final: no se trata de acumular contactos, sino de cultivar relaciones
Hacer networking no es sumar seguidores o coleccionar tarjetas. Es construir puentes humanos. Como decía Ferrazzi: “Las personas que tienen éxito no trabajan solas. Tienen una red de apoyo detrás”.
Y como demuestra Adam Grant, ser generoso no solo te hace mejor persona: te hace más exitoso. Las investigaciones respaldan lo que la intuición ya nos decía: los que dan primero, ganan después. Eso sí, sin esperarlo. Porque la magia del networking empieza cuando dejas de hacerlo por interés.
Así que ya sabes: da más, conecta con intención, haz seguimiento, empieza antes de necesitar, y repite el proceso cada semana. No te conviertas en un cazador de contactos, sino en un jardinero de relaciones.